Sabó de Sal
Este es un jabón ideal para la ducha porque la sal se deshace con el agua caliente y proporciona una exofilación muy suave que dejará tu piel libre de células muertas. Y además, muy importante, no deja restos que ensucian la ducha o atascan el desagüe.
También van muy bien para el cuidado facial de las pieles grasas, acneicas o mixtas; para combatir los hongos y curar las llagas y las picaduras de insectos.
Sus propiedades principales son que es bactericida, purificador, cicatrizante, estimulante, activa la circulación, regenera la piel y ayuda a eliminar toxinas.
Al contrario de lo que pueda parecer, no reseca nada la piel ya que la ayuda a retener el agua de forma natural manteniéndola hidratada y nutrida; gracias también a los aceites que lleva: coco, girasol, ricino y lino. Así que también puede usarse en todo tipo de pieles.
El aspecto rústico de estas pastillas se debe a que la sal endurece mucho y rápido la masa del jabón, fue cosa de dos segundos que pasó a estar intratable. A pesar de ello estoy contenta con el resultado pues a mí que tengo la piel mixta-grasa me deja la piel suavecita, además disfruto del olor a lavanda y eucalipto y de una espuma nada despreciable. No aconsejo su uso frecuente en pieles sensibles, pero si creo que lo pueden usar todos aunque no sea a diario, ¿acaso no nos bañamos todos en el mar?, y la exofilación es bien suave puesto que a mi no me gusta rascarme la piel con crin, lufa y todo eso...
¡Hasta la próxima amigos!